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El hombre que mantuvo cautiva a su familia por 18 años para librarla de la maldad del mundo

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Tanto la esposa como los hijos de Rafael Pérez Rodríguez eran sometidos a trabajo esclavo y maltrato físico y psicológico.
El hombre que mantuvo cautiva a su familia por 18 años para librarla de la maldad del mundo

Durante 18 años, un hombre en Ciudad de México mantuvo encerrada a su familia, en su propia casa, sin posibilidad de que saliera siquiera a la calle donde vivía. Además de someterlos a trabajo esclavo y maltratos, constantemente los amenazaba con armas y les negaba la alimentación.  

Este caso, que fue ampliamente seguido por la prensa de la época, ocurrió en 1959. La particularidad de lo ocurrido en la vivienda, que ya no existe, en la avenida Insurgentes Norte con calle Godard, dio pie para que se hiciera la película 'El castillo de la pureza', la obra de teatro 'Los motivos del lobo' y la novela 'La carcajada del gato'.

Rafael Pérez Hernández mantuvo encerrada a su esposa, Sonia María Rosa Noé Uzueta, y a sus seis hijos, durante 18 años en una vivienda conocida como 'La casa de los macetones', que le servía de pequeña fábrica de venenos para ratas e insecticidas.

Pérez Hernández sometió a su grupo familiar a través de amenazas con un cuchillo y una pistola. La razón que les dio para prohibir que salieran a la calle y que tuvieran relación con su entorno fue supuestamente protegerlos de la maldad del mundo, recoge El Heraldo.

Además, obligaba a sus hijos a trabajar durante extenuantes jornadas, en las que había poca comida y duros castigos.

La liberación

Cuando fueron liberados sus descendientes, se conocieron los nombres poco comunes que les habría puesto su padre, que se autodenominaba 'librepensador': Indómita, de 17 años; Libre, de 15; Soberano, de 14; Triunfador, de 12; Bienvivir, de 10; y Evolución y Pensamiento Liberal, una recién nacida de poco más de un mes. 

La historia que ocurrió tras los muros de la casa se supo en julio de 1959. Al parecer, uno de los hijos de Pérez Hernández lanzó a la calle una carta donde pedía auxilio y que fue hallada por un transeúnte. Tras una extensa investigación del Servicio Secreto de la Policía, a petición de los vecinos, el también llamado 'Químico loco' fue detenido mientras estaba afuera de la vivienda, según La Prensa.

La familia habría sido encontrada en condiciones lamentables: descalza, con ropa harapienta, con signos de desnutrición y desaseo y aterrorizada por años de abuso físico y psicológico al que fue sometida.

¿Un "hombre ejemplar"?

Durante su aprehensión y judicialización, Pérez Hernández negó todas las acusaciones que hicieron su esposa e hijos y se presentó ante las autoridades como un "hombre ejemplar" que no había cometido ningún delito.

María Rosa Noé Uzeta lo responsabilizó de golpearla con saña, de amenazarla y de haberse negado a que llevaran al médico a uno de sus hijos recién nacidos, que murió sin atención primaria ni medicamentos en 'La casa de los macetones'.

Según Correspondencia y Análisis, los familiares eran recluidos en celdas de castigo y eran continuamente amenazados de muerte. 

Contrario al relato de su esposa y descendientes, el hombre, nacido en Jalisco, dijo que no estaban privados de libertad y aseguró que recibían buena alimentación de manera habitual. No obstante, en la revisión policial de la misteriosa casa que se creía abandonada, los investigadores pudieron constatar el deterioro del lugar, la basura acumulada por años, la suciedad y los catres sin colchón donde dormían.

El caso más "insólito"

Los delitos bajo los cuales se llevó a cabo el arresto fueron: amenazas, injurias, secuestro, portación de arma de fuego sin licencia y portación de arma prohibida. Por estos cargos le habrían dado 25 años de cárcel.

El caso fue calificado por la Jefatura de Policía del Distrito Federal como el más "insólito" de 1959, tanto por los años en los que mantuvo a sus allegados cautivos como por el tipo de control que ejerció sobre ellos.

Tras realizarle exámenes para determinar si sufría de algún trastorno psiquiátrico, los especialistas habrían descartado esa opción. Algunos atribuían su actuación al trauma generado por haber perdido uno de sus brazos al caer de un tren en movimiento. 

En el juzgado habría dicho que todo el horror relatado por su esposa era una "infamia" para quitarle sus bienes e hijos.

El hombre fue encerrado en la extinta Penitenciaría de Lecumberri, en Ciudad de México, que funcionó hasta 1976. Sin embargo, algunas versiones de la prensa apuntan a que se habría suicidado dentro de sus muros, en 1972, pero otras lo ponen en duda.

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