Durante mucho tiempo los científicos han estudiado cómo pequeños detalles de la vida cotidiana puede revelar rasgos profundos de nuestra personalidad, entre los que se encuentran las preferencias gustativas. Especialmente, los alimentos de sabor amargo como el café negro, el chocolate oscuro o el agua tónica se han convertido en tema de investigación.
En los últimos años, un estudio científico atrajo la atención de los medios al sugerir que quienes prefieren el café negro podrían tener rasgos de psicopatía. La investigación, realizada en 2015 por científicos de la Universidad de Innsbruck (Austria), encontró que las personas con gustos por los sabores amargos tendían a puntuar más alto en características vinculadas a la denominada 'triada oscura', que comprende la psicopatía, narcisismo y maquiavelismo.
En resumen, la preferencia por lo amargo mostraba cierta relación con rasgos de personalidad más oscuros. Un estudio posterior con un grupo diferente de participantes replicó el mismo patrón, reforzando los resultados originales.

Sin embargo, una investigación publicada en 2022 por científicos chinos descubrió que quienes presentan mayor psicopatía secundaria, caracterizada por la impulsividad y la falta de autocontrol, tienden a tener hábitos alimentarios más desordenados. Esto indica que la relación va más allá del gusto por lo amargo y podría reflejar patrones de conducta más amplios.
Dudas sobre el estudio original
Algunos especialistas explican que, aunque un estudio de este tipo puede ofrecer resultados más rápidos que investigaciones largas sobre el vínculo entre los sabores amargos y la psicopatía, la metodología presenta demasiadas limitaciones como para sacar conclusiones definitivas.
Uno de los principales problemas de la investigación fue la definición de alimentos amargos, ya que el estudio de la Universidad de Innsbruck incluía en este grupo el café, el pan de centeno, la cerveza, los rábanos, el agua tónica, el apio y el 'ginger ale', pero solo la mitad de estos alimentos fueron percibidos como realmente amargos por los participantes.
Esta discrepancia debilita la investigación, ya que resulta difícil asociar la amargura con rasgos de personalidad si no se puede definir con claridad qué es lo amargo. No obstante, su mayor defecto fue el uso de autoinformes, considerados poco fiables en la psicología.
Esto se debe a que los humanos normalmente evaluamos mal nuestra propia personalidad. Por lo tanto, aunque resulte atractivo vincular el café negro con la psicopatía, el estudio de la Universidad de Innsbruck no proporciona evidencia suficiente para confirmarlo.

¿Por qué nos gusta lo amargo?
Más allá del mito, la ciencia ofrece explicaciones alternativas para la preferencia por lo amargo. Factores genéticos, como el gen TAS2R38, influyen en la sensibilidad a los sabores intensos. Al mismo tiempo, la cultura y la repetición ayudan a que muchas personas aprendan a disfrutar alimentos que inicialmente resultan desagradables, como la comida amarga o los aperitivos alcohólicos.
El porqué se bebe café negro también responde a razones prácticas, debido a que es menos calórico o tiene un sabor más puro. En otros casos, se relaciona con hábitos o conveniencias, algo que no necesariamente implican comportamientos antisociales.
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