La habilidad que mostramos al realizar tareas sencillas como mover pequeñas piezas o dibujar círculos podría revelar cuánto tiempo podríamos vivir y cuán factible sería el riesgo de perder autonomía con los años, según un nuevo estudio publicado en la revista científica Annals of Geriatric Medicine and Research.
Un equipo de investigadores japoneses analizó datos de 1.069 adultos mayores de entre 65 y 85 años durante un seguimiento de hasta 14 años en la ciudad de Kasama. En particular, les asignó tareas de movimiento de clavijas y dibujo de círculos para evaluar la destreza manual entre los participantes.
En la primera prueba se les pidió que sostuvieran una clavija en cada mano y las movieran simultáneamente. En la segunda, tuvieron que rodear con un círculo tantos números como pudieran, del 1 al 80 y en orden, durante 15 segundos y usando alternativamente la mano dominante o la contraria.
Los investigadores hallaron que quienes mostraban menor destreza manual tenían casi el doble de riesgo de desarrollar discapacidad funcional con el paso del tiempo. Durante el período de estudio, 23 % de los integrantes (248 personas) desarrollaron alguna dificultad de ese orden, como problemas para caminar, cocinar o ir de compras.
Las dos tareas asignadas evaluaban la coordinación, precisión y velocidad de movimiento de las manos. El análisis posterior mostró que los adultos mayores con peores resultados en las pruebas del movimiento sucesivo de clavijas tenían un riesgo 1,9 veces mayor de padecer discapacidad funcional en el futuro, mientras que en el caso del dibujo en círculo, el peor grupo tenía un riesgo 1,7 veces mayor.
Asimismo, el riesgo de discapacidad aumentaba si los participantes tardaban más de 38 segundos en mover sucesivas clavijas o si dibujaban menos de 21 círculos.
"Estos hallazgos resaltan la utilidad de las pruebas sencillas de destreza manual para predecir la discapacidad funcional, y sugieren que mantener una destreza adecuada es una estrategia potencial para apoyar la independencia funcional, junto con otros enfoques de rehabilitación", señalaron los autores.
De ahí que actividades simples como tocar un instrumento, tejer, pintar o manipular objetos pequeños podrían ser más beneficiosas de lo que se pensaba, ya que no solo ayudan a mantener la movilidad de las manos, sino que podrían contribuir a conservar la autonomía y la calidad de vida a largo plazo.






