Las redes de pesca desechadas en el mar anualmente podrían darle 18 vueltas a la Tierra
Los efectos de la contaminación ambiental con plásticos y microplásticos se han sentido en lugares tan remotos como la Antártida, y representan una de las principales amenazas para los ecosistemas marinos. Cada año, cientos de miles de redes de pesca son abandonadas, desechadas o perdidas en los océanos, convirtiéndose en una de las principales fuentes de este contaminante.
Anualmente, cerca del 2 % de las artes de pesca usadas por las pesquerías comerciales termina como basura en los océanos. Puede parecer un porcentaje bajo, pero si se unieran todas el resultado sería una red tan grande que podría rodear 18 veces a la Tierra, de acuerdo a una investigación de la Organización de Investigación Científica e Industrial de Australia (CSIRO).
Durante su estudio, los científicos utilizaron datos sobre el esfuerzo pesquero mundial y 450 entrevistas a pescadores de siete países para determinar tres puntos clave sobre las artes de pesca: cuáles son los cinco tipos más usados, cuántas se usan y se pierden anualmente y cuáles son sus características, que dependen del barco y el tipo de pesca que se practique.
Un problema a escala global
Los resultados obtenidos, publicados en la revista Science Advances, indican que los embarcaciones menores de pesca tienden a perder más artes, como anzuelos o trampas, mientras que los barcos de arrastre de fondo pierden más red que los de arrastre de media agua.
"Hemos descubierto que 14.000 millones de anzuelos de palangre, 25 millones de nasas y trampas y casi 740.000 km de palangres de pesca terminan en nuestros océanos a través de las actividades de pesca comercial mundial", detalló Denise Hardesty, coautora de la investigación.
"Nuestras estimaciones actualizadas ayudan a poner de relieve dónde hay que centrar los esfuerzos […] para reducir las artes de pesca que acaban en nuestros océanos", comentó Kelsey Richardson, otra de las autoras, quien destacó la importancia del estudio para alcanzar el objetivo del CSIRO de reducir en un 80 % los residuos de plástico que llegan al medio ambiente para 2030.