Ministro de Defensa: Rusia debe estar preparada para un posible conflicto con la OTAN en los próximos 10 años
El Ministerio de Defensa de Rusia debe estar preparado para cualquier evolución de la situación, incluido un posible conflicto militar con la OTAN en Europa en la próxima década, afirmó este lunes el ministro de Defensa ruso, Andréi Beloúsov, en una reunión ampliada del Colegio del Ministerio de Defensa nacional.
"Prueba de ello [tal necesidad] son las decisiones que se tomaron en la cumbre de la Alianza del Atlántico Norte celebrada en julio de este año. Esto también se refleja en los documentos doctrinales de Estados Unidos y otros países", señaló Beloúsov.
Asimismo, el ministro indicó varios factores clave en los que se basan las actividades del Ministerio de Defensa ruso. Entre ellos se encuentran la realización de operaciones activas en la operación militar especial en Donbass y la realización de tareas individuales para garantizar la presencia militar en los países de Asia Central y África, el Cáucaso y Transnistria.
Además, destacó un "rápido desarrollo de tecnologías de extremo a extremo", tales como la inteligencia artificial y el procesamiento grandes datos, la robótica y la transmisión de datos segura de alta velocidad.
A continuación, el alto funcionario mencionó la necesidad de desarrollar la comunicación máquina a máquina, la computación cuántica y las comunicaciones. "Estas tecnologías están cambiando radicalmente la naturaleza de la lucha armada en todos los niveles: táctico, operativo y estratégico", dijo, agregando que, "en tales condiciones, las Fuerzas Armadas deben volverse más flexibles y receptivas a la innovación, incluyendo la innovación en el sector civil".
"El potencial de combate del enemigo ha sido minado. Solo este año, las pérdidas de las Fuerzas Armadas de Ucrania superaron los 560.000 militares muertos y heridos. Y en total, durante todo el tiempo de la operación militar especial hay casi un millón de personas. Solo en la aventura de Kursk, el régimen de Kiev perdió más de 40.000 militares", continuó el ministro.
En este contexto, remarcó que este año en la zona de combates fueron destruidas más de 58.000 unidades de diversas armas y equipos enemigos, incluyendo 18.000 de producción extranjera.
"Las armas de precisión rusas han causado daños importantes al complejo militar-industrial de Ucrania y al sistema energético asociado. El enemigo ha perdido en gran medida la capacidad de producir las armas, equipos y municiones necesarios", destacó Beloúsov.
Además, el alto funcionario subrayó que el avance más significativo en las tácticas de unidades rusas fue el uso masivo de vehículos aéreos no tripulados para diversos fines, incluidos la derrota por fuego del enemigo, tareas de reconocimiento y guerra electrónica. "Actualmente, nuestras tropas utilizan más de 3.500 drones cada día y esta cifra crece constantemente", dijo.
La OTAN se prepara para un combate
"EE.UU. declaró que nuestro país es una fuente de 'amenaza inmediata y persistente'. Para 2030, todos los componentes de la tríada nuclear estarán modernizados. Se está actualizando la gama de armas nucleares. Están creando nuevas ojivas y bombas nucleares", continuó el ministro.
En este sentido, recordó que, el mes pasado, se abrió una base de defensa antimisiles estadounidense a 165 kilómetros de Rusia, en la localidad polaca de Redzikowo, lo que permite, con pequeñas modificaciones en su infraestructura, el uso de misiles de crucero marítimos Tomahawk.
"Los países de la OTAN están adoptando un nuevo sistema de preparación para el combate este año. Está previsto desplegar un grupo de 100.000 efectivos en las fronteras occidentales de Rusia dentro de diez días, una fuerza de 300.000 efectivos al cabo de 30 días y una fuerza de 800.000 efectivos después de 180 días", explicó Beloúsov.
Además, mencionó que, en julio de este año, Washington y Berlín anunciaron oficialmente el despliegue de misiles estadounidenses de alcance medio, hasta 2.400 kilómetros, en territorio alemán en 2026, así como el despliegue de misiles hipersónicos con un tiempo de vuelo a Moscú de unos ocho minutos en el futuro.