
Escuelas top, vidas rotas: Por qué la nación con la infancia más sana pierde a sus jóvenes

Un reciente informe de Unicef subraya la continua lucha de Japón con la salud mental de los jóvenes, situando al país en el puesto 32 de 43 naciones desarrolladas y emergentes. Aunque la situación en el país insular ha mejorado, pues ocupaba el puesto 37 en 2020, su tasa de suicidios entre adolescentes es la cuarta más alta entre las naciones ricas y sigue siendo una preocupación crítica.
En 2024, los suicidios de estudiantes alcanzaron un récord de 529 casos, impulsados en gran medida por factores de estrés relacionados con la educación, como el fracaso académico, los conflictos con compañeros y las preocupaciones sobre la trayectoria profesional. Los expertos atribuyen esta crisis a presiones sistémicas, como la competencia académica implacable, las discordias familiares y los conflictos entre pares, al citar las causas principales.

Consecuencias de la pandemia
La pandemia de covid-19 exacerbó las vulnerabilidades en el bienestar infantil a nivel mundial. El reporte de Unicef reveló retrocesos académicos graves, con pérdidas de aprendizaje equivalentes a 7–12 meses, afectando desproporcionadamente a jóvenes en desventaja. Globalmente, ocho millones de adolescentes de 15 años —casi la mitad de este grupo en 43 países— carecen de habilidades funcionales de lectoescritura y aritmética, un aumento del 4 % desde 2018.
Más de dos tercios de los jóvenes en Bulgaria, Colombia, Costa Rica, Chipre y México están en esta categoría, revelando una crisis educativa generacional. Japón, sin embargo, se desvía de esta tendencia, con mejoras marginales en lectoescritura, aunque sus indicadores de salud mental siguen siendo críticos.
Aumento de suicidios juveniles
La tasa de suicidio juvenil en Japón aumentó a 10,4 por cada 100.000 adolescentes entre 2018 y 2022. Las presiones escolares dominan como causa: los estudiantes varones citan estrés académico e incertidumbre profesional, mientras que las adolescentes reportan trastornos de salud mental y conflictos interpersonales.
Según el diario Asahi, incluso los estudiantes de primaria enfrentan angustia por disciplina familiar severa. Septiembre de 2024 fue el mes más mortífero (59 suicidios), coincidiendo con el inicio del año académico, un período asociado con mayores expectativas y estrés.
La paradoja de la satisfacción con la vida
A pesar de estos desafíos, Japón experimentó un aumento notable en la satisfacción con la vida de los niños entre 2018 y 2022, una tendencia positiva inusual. No obstante, la participación parental sigue siendo baja: solo el 53 % de los padres japoneses conversan regularmente con sus hijos, frente al 91 % en Irlanda. Al mismo tiempo, el país asiático lidera en salud física infantil, una posición que mantiene durante años.
El llamado a la acción
Unicef insta a las naciones a priorizar el bienestar infantil en una era de pandemia, crisis climática y conflictos. El informe señala que las relaciones en el hogar y la escuela influyen en el bienestar mental de los niños. Destaca también la necesidad de apoyo para construir vínculos sólidos entre padres e hijos, medidas contra la violencia y el acoso escolar, y el fomento de diálogos abiertos sobre luchas emocionales. Para Japón, abordar la salud mental juvenil exige ampliar servicios de consejería escolar, reducir la presión académica y combatir el estigma social.