Las personas que regularmente fuman tanto cigarrillos como marihuana tienen 624 % más de probabilidades de contraer cáncer oral en un lapso de cinco años con respecto a quienes fuman tabaco y no marihuana, reveló un estudio de la Universidad de California cuyos resultados fueron divulgados por la revista Preventive Medicine Reports.
Empero, ninguna de las dos actividades es considerada segura por separado. Los hallazgos disponibles muestran que los fumadores habituales de cigarrillos tienen entre 5 y 10 veces más riesgo de sufrir de cáncer oral que quienes no fuman, mientras que entre las personas que fuman frecuentemente marihuana el riesgo es 3,25 veces mayor respecto de los no fumadores.
"El humo del cannabis contiene muchos de los mismos compuestos cancerígenos que se encuentran en el humo del tabaco, que tienen efectos dañinos conocidos sobre el tejido epitelial que recubre la boca", explicó a New York Post Raphael Cuomo, profesor asociado del Departamento de Anestesiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de California San Diego y miembro del Centro Oncológico Moores de la misma institución.
En contraste, no se encontraron indicios de que los alimentos y bebidas preparados con tetrahidrocannabinol (THC), el ingrediente activo del cannabis, supusieran un factor de riesgo para el cáncer oral semejante al que representan los cigarrillos de marihuana.
El estudio contempló el análisis de datos de salud de más de 45.000 pacientes diagnosticados con cáncer oral, incluyendo a un grupo de 949 en los que se determinó que la afección era atribuible al consumo de cannabis. Adicionalmente se consideraron otras variables de interés como el sexo, la edad y el hábito tabáquico.
"La investigación aún está en desarrollo, por lo que los autocontroles y exámenes dentales regulares siguen siendo una buena idea para todos los consumidores de cannabis", aconsejó Cuomo.
Práctica riesgosa
Estos resultados se añaden a otros que sugieren que el consumo sostenido de cannabis puede incrementar el riesgo de sufrir cáncer sobre los tejidos expuestos a los subproductos de la combustión. En concreto, el cáncer oral abarca lesiones malignas que pueden producirse en labios, lenguas, boca, encías y revestimiento de las mejillas, y se inscribe dentro de los cánceres de cabeza y cuello.
Solo en EE.UU., la Sociedad Americana del Cáncer estima que este año se detectarán casi 60.000 nuevos casos de cáncer oral o de faringe y aproximadamente unas 12.800 personas morirán por ese motivo, para el que se habían identificado hasta entonces como factores de riesgo el abuso crónico del alcohol, la infección por virus de papiloma humano y el consumo de tabaco.
Así las cosas, los autores de la investigación destacaron que impera explorar en detalle los efectos a largo plazo sobre el consumo de cannabis y concientizar a la población sobre la importancia de la salud bucal, con énfasis en el tratamiento y asesoramiento para abandonar el consumo de sustancias peligrosas.
Por su lado, Cuomo sugiere consultar sin demoras a un otorrino o a un dentista en el caso de presentar una úlcera o una mancha –roja o blanca– que no sana después de un par de semanas, particularmente si se acompaña de un bulto, la zona está entumecida, sangra o hay dolor al tragar. "La evaluación temprana es fundamental porque los cánceres bucales detectados en la primera etapa suelen ser curables", completó.