Hasta 60 % de los drones entregados a las Fuerzas Armadas de Ucrania son deficientes, informa el medio ucraniano Strana.
El rotativo cita a un oficial militar al denunciar que casi la mitad de su unidad de misiones no tripuladas tiene que desmantelar y volver a ensamblar drones de día en día, debido a la gran cantidad de defectos.
El alto porcentaje de fallos se explica por varias razones, de las que el medio se enteró al hablar con fabricantes y militares.
En primer lugar, un gran número de drones se produce en condiciones artesanales en Ucrania, literalmente en garajes, por personal no especializado y sin conocimiento de procesos tecnológicos profundos.
Además, debido a un aumento drástico de la demanda, los exportadores de piezas chinas, que componen la casi totalidad de los drones, han ampliado sus fuentes de suministro para incluir talleres pequeños sin una producción bien afinada.
"La tercera razón es la corrupción generalizada en los contratos públicos para la adquisición de drones. El centro de esta corrupción es el Ministerio de Defensa", sostiene el medio, explicando que a menudo los contratos se obtienen mediante sobornos. Asimismo, hay métodos para aumentar a veces los precios de los drones o suministrar cantidades menores de lo facturado, también a cambio de sobornos.
El medio menciona la investigación abierta por la NABU (Oficina Nacional Anticorrupción, por sus siglas en ucraniano) acerca del caso de la empresa Fire Point, uno de los mayores contratistas del Ministerio de Defensa. La compañía es sospechosa de aumentar los precios de las piezas de drones o inflar las cantidades suministradas.
La hipótesis de esa oficina es que el beneficiario final es el empresario Timur Míndich, cercano al líder del régimen ucraniano, Vladímir Zelenski, quien recientemente trató de limitar las competencias de la NABU luego de que el organismo iniciara su pesquisa.