La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, no tomó notas ni generó registros oficiales durante las entrevistas con los candidatos que aspiraban al puesto de comisarios, según reconoció la propia institución en respuesta a una solicitud de acceso a documentos presentada por Politico.
De acuerdo con la secretaria general de la Comisión, Ilze Juhansone, "las conversaciones informales con los candidatos seleccionados se llevaron a cabo oralmente y ningún documento fue redactado". La admisión fue realizada casi un año después de la petición inicial y apenas tras la intervención de la Defensoría del Pueblo Europea, lo que ha reavivado las críticas por la falta de transparencia en la gestión de Von der Leyen.
Aunque no se ha señalado ninguna violación de normas, expertos en gobernanza consideran que el episodio refleja una actitud que contradice las buenas prácticas administrativas. "Una vez más, la Comisión se aparta con ligereza del principio básico de la buena administración", advirtió Alberto Alemanno, investigador de la Universidad de Harvard.
En un comunicado, la oficina de la defensora del pueblo, Teresa Anjinho, señaló que la situación "puede socavar la confianza ciudadana en la administración de la UE".
Von der Leyen, que lidera el Ejecutivo comunitario desde el 2019, ha sido cuestionada repetidamente por organizaciones civiles y eurodiputados por lo que perciben como falta de transparencia y escasos mecanismos de rendición de cuentas.
Von der Leyen bajo amenaza
Recientemente, Politico dio a conocer que la presidenta de la CE enfrenta dos mociones de censura interpuestas casi al mismo tiempo ante el Parlamento Europeo. Las iniciativas fueron presentadas por Patriotas por Europa, que acusan a la funcionaria de falta de transparencia y cuestionan con dureza los acuerdos comerciales con Mercosur y EE.UU., y por La Izquierda, que centra sus críticas en la supuesta inacción del Ejecutivo europeo frente a la guerra en Gaza.
Además de esto, fue demandada por el eurodiputado rumano Gheorghe Piperea por difamación, acusándola de haberlo atacado personalmente durante un debate parlamentario en julio. Según él, la presidenta insinuó que los firmantes de una moción de censura que se presentó en su contra eran "amigos de [el presidente ruso Vladímir] Putin", "extremistas" y difusores de "teorías conspirativas".