El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, y su par venezolano, Yván Gil, mantuvieron este domingo una conversación telefónica, durante la cual expresaron su seria preocupación por las acciones de EE.UU. en el mar Caribe. En particular, indicaron que la escalada de las acciones de Washington en la zona podría tener "consecuencias de gran alcance para la región", detalló la Cancillería rusa.
Por su parte, el jefe de la diplomacia rusa subrayó que Moscú "condena enérgicamente el nuevo ataque perpetrado por el Ejército estadounidense el 3 de octubre contra una embarcación en aguas internacionales cerca de Venezuela". La parte rusa también reafirmó su amplio apoyo y solidaridad con los dirigentes y el pueblo de venezolano en el contexto actual.
Al mismo tiempo, los ministros comentaron una resolución aprobada recientemente por el Consejo de Seguridad de la ONU para reorganizar la Misión Multinacional de Asistencia para la Seguridad en Haití en una fuerza antipandillas. En ese contexto, advirtieron "contra los intentos de interpretarla de forma extensiva", añadiendo que así Washington pretende "centrar la atención en la lucha contra el 'narcotráfico' venezolano, que supuestamente alimenta al crimen organizado en la región".
"Los ministros acordaron mantener una estrecha cooperación bilateral y coordinar acciones en foros internacionales, principalmente la ONU, con el fin de garantizar el respeto a la soberanía de los Estados y la no injerencia en sus asuntos internos", concluye el comunicado.
Ataques de EE.UU. en el Caribe
El viernes, el secretario de Guerra de EE.UU., Pete Hegseth, compartió un video que muestra un ataque de sus Fuerzas Armadas contra lo que denominó un "barco narcotraficante" que navegaba en el Caribe, cerca de Venezuela. Detalló que el ataque fue llevado a cabo en aguas internacionales por orden del presidente estadounidense, Donald Trump, y acabó con la vida de cuatro tripulantes, a los que calificó de "narcoterroristas".
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— RT en Español (@ActualidadRT) October 3, 2025
No fue la primera vez que Washington llevó a cabo este tipo de ataques, en el contexto de un despliegue militar en el Caribe sur que Caracas ha calificado de "agresión". El primero de ellos ocurrió el pasado 2 de septiembre, informó entonces el propio Donald Trump, que señaló que la operación contra un supuesto "narcobarco" dejó 11 muertos.
Posteriormente, el 15 de septiembre, el mandatario comunicó que fuerzas de su país realizaron un "segundo ataque cinético contra cárteles del narcotráfico y narcoterroristas […] en el área de responsabilidad del Comando Sur". Trump mencionó, además, que el evento "resultó en la muerte de tres terroristas varones en combate". Asimismo, se conoció que el 19 de septiembre, otra lancha fue destruida por las fuerzas estadounidenses en el Caribe, en una operación conjunta con República Dominicana. Entonces, se incautaron más de 300 paquetes de presunta cocaína y los tres tripulantes fueron asesinados por el ataque aéreo.
En agosto, medios internacionales informaron sobre un despliegue militar estadounidense en el sur del Caribe, supuestamente para enfrentar a los cárteles de la droga. Paralelamente, la fiscal general de EE.UU., Pam Bondi, duplicó la recompensa por información que condujera al arresto del presidente venezolano bajo la acusación —nunca sustentada— de liderar un "cártel de narcotráfico".
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, sostiene que su país es presa de "una guerra multiforme" orquestada desde EE.UU. en interés de propiciar un "cambio de régimen".
Otros mandatarios de la región como Miguel Díaz-Canel (Cuba), Luis Arce (Bolivia), Daniel Ortega (Nicaragua) y Gustavo Petro (Colombia), consideran que no existe evidencia alguna que sirva de base a la acusación estadounidense contra Maduro, mientras que sí son públicas las apetencias del país norteamericano por dominar recursos estratégicos presentes en el hemisferio occidental.
- Los cancilleres de bloques como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) han pedido que se respete la declaración de la región como una zona de paz.