Este domingo, más de seis millones de ciudadanos están convocados a acudir a las urnas en Honduras para elegir a la persona que sucederá a la presidenta Xiomara Castro y gobernará el país durante el periodo 2026-2030.
También votarán por 128 diputados del Congreso, 20 representantes al Parlamento Centroamericano; 298 alcaldes y sus respectivos vicealcaldes y 2.168 regidores.
Las boletas electorales para la presidencia la encabezan la candidata oficialista Rixi Moncada y los opositores Salvador Nasralla, Nasry Asfura y Jorge Nelson Ávila Gutiérrez. Un quinto candidato, Mario Enrique Rivera, renunció esta semana a su campaña para apoyar a Nasralla.
Esta será la única oportunidad de los aspirantes para tratar de acceder al Gobierno, ya que en el país centroamericano no existe la segunda vuelta y al cierre de esta jornada ganará quien obtenga una mayoría simple de votos.
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— CNE_HONDURAS (@CneHonduras) November 26, 2025
El proceso culminará el próximo 27 de enero, cuando termine el Gobierno de Xiomara Castro, una política que ya hizo historia al convertirse en la primera mujer presidenta de Honduras después de haber sido primera dama durante la gestión de su esposo, el expresidente José Manuel Zelaya (2006-2009).
¿Quiénes son?
Rixi Moncada, una abogada y política de izquierda de 60 años, es la candidata del partido Libertad y Refundación (Libre). Durante su trayectoria pública fue jueza y asesora durante una década en el Ministerio Público y en el Congreso Nacional.
Luego se desempeñó en el seno del Gobierno como secretaria de Trabajo, gerenta de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica, consejera del Consejo Nacional Electoral (CNE), secretaria de Finanzas y secretaria de Defensa Nacional, entre otros puestos relevantes.
Moncada formó parte del círculo cercano de Manuel Zelaya y, tras el derrocamiento del expresidente ocurrido en 2009, participó en la Fundación del Frente Nacional de Resistencia Popular que exigía el retorno del mandatario depuesto y que en 2012 se transformó en el partido Libre.
Salvador Nasralla Salum, un famoso y mediático conductor de 72 años que es conocido como 'El señor de la televisión', se postuló este año al amparo del Partido Liberal de Honduras, una de las dos fuerzas que compartieron el poder en el país durante más de un siglo hasta el histórico triunfo de Zelaya en 2005.
Su carrera política ha sido camaleónica debido a sus constantes cambios de partidos. En 2013 encabezó su primera candidatura presidencial con el Partido Anticorrupción. Cuatro años más tarde se postuló con la Alianza de Oposición a la Dictadura. Este es su tercer intento, ya que en 2021 declinó participar y apoyó a Xiomara Castro.
Cuando la presidenta asumió, Nasralla Salum alcanzó el cargo de primer designado presidencial (equivalente a vicepresidente), pero en 2024 rompió con el Gobierno, pidió públicamente perdón por esta alianza y se cambió al Partido Liberal de Honduras.
En la boleta electoral también estará Nasry Juan Asfura Zablah, un exalcalde de 67 años e hijo de migrantes palestinos que encabeza su segunda campaña presidencial con el Partido Nacional luego de haber competido en 2021.
Ingeniero civil de formación, empezó su incursión en la política en la década de los 90, siempre en torno a la municipalidad capitalina. Su imagen modesta, casi siempre en camisa arremangada y jeans, le ha mantenido durante años como uno de los políticos mejor valorados del país. Es conocido como "Papi a la orden" porque durante uno de sus actos le respondió a un ciudadano con esta frase que significa ponerse a disposición para trabajar.
Jorge Nelson Ávila Gutiérrez, candidato del Partido Innovación y Unidad, es un economista de 72 años que ha trabajado en organismos internacionales y universidades. En las elecciones de 2017 y 2021 participó en las elecciones primarias del partido Libre, pero en esta ocasión decidió postularse por su cuenta.
El quinto y último candidato es Mario Enrique 'Chano' Rivera Callejas, un empresario de 61 años, abanderado del partido Democracia Cristiana. Comenzó su trayectoria política en el Partido Nacional, con el que rompió en 2024.
En esta campaña, se convirtió en el dirigente que lanzó la propuesta más controvertida, ya que pretende que Honduras se convierta en un estado asociado a EE.UU., al igual que Puerto Rico. A último minuto, decidió declinar su candidatura para apoyar a Nasralla.
Escrutinio internacional
La antesala de la elección ha estado marcada por una fuerte polémica, ya que el Gobierno ha alertado sobre un presunto complot de la oposición para empañar el proceso y provocar un caos político en el país.
En contraste, la oposición ha afirmado que el Gobierno quiere manipular los resultados para evitar la derrota de la candidata oficialista.
Amenazas de Trump
Por su parte, el presidente estadounidense Donald Trump amenazó al país si sus ciudadanos no eligen candidato favorito de Washington, Nasry 'Tito' Asfura, del opositor Partido Nacional. Si Asfura no gana, "Estados Unidos no malgastará el dinero [en apoyos a Honduras], porque un líder equivocado solo puede traer resultados catastróficos a un país, sin importar cuál sea", expresó Trump
En cambio, señaló, si Asfura gana la presidencia, "EE.UU. le brindará un gran apoyo, ya que tiene tanta confianza en él, en sus políticas y en lo que hará por el gran pueblo hondureño".
"Tito fue el exitoso alcalde de Tegucigalpa, donde llevó agua potable a millones de personas y pavimentó cientos de kilómetros de carreteras", declaró previamente. "Tito y yo podemos trabajar juntos para combatir a los narcocomunistas y brindar la ayuda necesaria al pueblo hondureño", prometió.
Por otra parte, el subsecretario de Estado, Christopher Landau, la semana pasada expresó su "preocupación" por la integridad de los comicios. Así lo repitió en la reunión extraordinaria que la Organización de Estados Americanos (OEA) llevó a cabo el martes para analizar las elecciones de Honduras.
En dicho debate, el secretario general de la OEA, Albert Ramdin, se puso del lado de la oposición e hizo un llamado para que las elecciones se celebren sin "interferencia política", pero el vicecanciller de Honduras, Gerardo Torres, le respondió que no era "muy democrático" por parte de la organización realizar "un juicio a priori" sobre lo que ocurre en el país, sobre todo porque las críticas están basadas en denuncias de políticos que sí atentaron contra la democracia en 2009, con el golpe de Estado en contra de Zelaya.
También recordó los audios que el fiscal general de la República, Johel Zelaya, presentó el mes pasado y que presuntamente demuestran que la consejera del Colegio Nacional Electoral (CNE), Cossette López; el jefe de la bancada del conservador Partido Nacional, Tomás Zambrano; y un militar en servicio activo se ponen de acuerdo para declarar la invalidez de los comicios si los resultados no son favorables para la oposición.
La presidenta ya ha denunciado de manera recurrente que la misma derecha que perpetró el golpe de Estado en contra de Zelaya, en 2009, es la que ahora conspira y quiere dar "un golpe electoral".
¿Cómo está el país?
Según datos oficiales, desde que inició la presidencia de Castro, entre 2021 y 2025, la pobreza bajó del 73,6 % al 60,1 %; y la pobreza extrema, del 53,7 % al 38,3 %, pero sigue teniendo uno de los niveles más altos de desigualdad de ingresos en América Latina.
Aunque Honduras figura como uno de los países con más altos índices de violencia, la policía reportó 2.598 homicidios en 2024, lo que supuso una reducción del 8,2 % con respecto al año anterior, ya que la seguridad ha sido uno de las prioridades para la gestión de la actual mandataria.
Del mismo modo, el país ha emprendido una intensa campaña para revertir las decisiones heredadas del Gobierno de Juan Orlando Hernández, actualmente preso por narcotráfico en EE.UU., como fue la declaratoria de las Zonas Especiales de Empleo y Desarrollo (ZEDE).
Bajo esa figura, empresarios se hicieron con parte del territorio hondureño en condiciones que son consideradas lesivas para la soberanía. Castro prometió derogarlas, y lo hizo. Pero desmontar un enclave no implica solo firmar un decreto.
Aunque la Corte Suprema las declaró inconstitucionales, un puñado de millonarios ha llevado su cruzada al arbitraje internacional que, de perderse, podría poner en peligro el futuro económico de Honduras. Así, uno de los países más empobrecidos de Centroamérica pelea ahora contra los ejecutores del experimento libertario más ambicioso del siglo XXI.
