Un reciente estudio de la Universidad de Florida ha develado que mantener una actitud optimista ante la vida, dormir bien, gestionar el estrés y tener apoyo de un buen círculo social podrían afectar la edad del cerebro humano, haciéndolo hasta 8 años más joven gracias a un conjunto de estímulos y hábitos positivos.
Para llevar a cabo su análisis, la investigación tomó a un grupo de 128 adultos y calculó su edad cerebral mediante resonancias magnéticas apoyadas por un sistema de aprendizaje automático (conocido en inglés como 'learning machine'). Los resultados de la edad cerebral de cada participante fueron comparados con su edad cronológica real para entender el estado de salud de su cerebro.
Luego de las observaciones sobre la edad cerebral de los participantes, los investigadores determinaron que aquellos que estuvieron en contacto con factores negativos o estresantes durante su vida, como dolores crónicos, bajos ingresos financieros, una baja educación y otros riesgos sociales, se relacionaban con cerebros de aspecto envejecido.
En cambio, aquellos que reportaron mayores factores positivos de protección ante situaciones negativas, como un sueño reparador, peso saludable, control del estrés, no fumar y otros, resultaron tener cerebros hasta ocho años más jóvenes que su edad cronológica al inicio del estudio, además de que sus cerebros envejecieron más lentamente durante los años siguientes.
"Las conductas que promueven la salud no solo se asocian con menos dolor y un mejor funcionamiento físico, sino que en realidad parecen reforzar la salud de manera aditiva a un nivel biológicamente significativo", remarcó Kimberly Sibille, autora principal de la investigación.
Los resultados obtenidos son, en palabras de la experta, la comprobación de que la salud está en nuestras actitudes y hábitos y de que "el estilo de vida es medicina".
