Wall Street prospera pese a la crisis
Mientras la mayoría de los estadounidenses se encuentran en una difícil situación económica, ajustándose el cinturón en medio de un alto nivel de desempleo, Nueva York parece ser un Estado dentro del Estado, un lugar donde el flujo de fondos no se ve deteriorado por la recesión.
Aquí la casa de subasta Christie's vive sus mejores días con récords de ventas. Sólo los remates de arte impresionista y moderno recaudaron más de 600 millones de dólares este año.
Lo mismo ocurre con Wall Street, que recuperó su fuerza y poder. Salones de belleza y espás locales ofrecen un lujoso tratamiento facial de caviar cuyo precio supera los trescientos dólares.
“En esta temporada la mayor parte de nuestros ingresos proviene de los certificados de regalos corporativos”, indicó Sandra Sadowski, gerente de The Ritz-Carlton Spa.
La venta de artículos de prestigiosas firmas de joyería se disparó, aunque sus precios son comparables con el ingreso anual de una familia promedio norteamericana.
“Nos preparamos para un período muy intenso, el más intenso del año”, señaló Raik Krause, gerente de ventas de la joyería Wempe.
Pero, ¿de dónde proviene esa enorme cantidad de dinero que circula en la Gran Manzana?
Los principales bancos de Wall Street, los mismos cuyos errores condujeron a la crisis financiera y privaron de puestos de trabajo a millones de estadounidenses, no negaron a sus ejecutivos bonificaciones para el año 2009.
A pesar del débil clima económico, los magnates banqueros gozan de una buena vida gracias a la asistencia recibida del Estado.
Este año, las empresas financieras podrían repartir hasta 144.000 millones de dólares en primas y bonos para sus empleados, un 4% más de lo que recibieron en año pasado.
El dinero fácil se disuelve en los clubes nocturnos, donde acuden los ansiosos admiradores de la belleza femenina.
"Se gastan 6, 7, 8.000 dólares por una noche. Es difícil no sentirse feliz rodeado de preciosas mujeres semidesnudas", afirmó Allan, visitante del Rick's Cabaret en Nueva York.
Las bailarinas que trabajan saben mejor que nadie que el negocio de Wall Street se ha recuperado.
Los salarios anuales de los empleados de las más grandes bancas de negocios de Estados Unidos parten desde medio millón de dólares, a pesar de vivir en un país donde más de 15 millones de ciudadanos están oficialmente desempleados y donde el nivel de pobreza alcanzó su techo en los últimos 50 años con 44 millones de personas. Las estadísticas asustan: uno de cada 7 estadounidenses vive bajo el umbral de la miseria.
Es curioso notar que la misma cifra, 44 millones de dólares, es lo que costó un edificio residencial de 7 pisos, ubicado en la Quinta Avenida en Manhattan, en el corazón de Nueva York.
Éste es solo un ejemplo de más de 2 millones de viviendas perdidas por la ejecución hipotecaria en el 2010.
La industria del lujo prospera. Pero no prospera la mayoría de los norteamericanos, cuyo sueño más anhelado es la estabilidad económica.