Opinión
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Maria Fe Celi Reyna
Es analista política peruana. Reside en China desde 2018. Se especializa en temas relacionados a China, América Latina y el surgimiento del nuevo mundo multipolar. Es candidata a doctora en Historia global por la Universidad de Shanghái.
Twitter: @mfceli
El secretario de Estado de EE.UU. llegó con actitud de "policía malo" que viene a poner orden. Creyó que había sentado las condiciones para someter a China, pero como dice el dicho popular, vino por lana y se fue trasquilado.
"Israel" ha construido su poder con base en la idea de que tiene una tecnología superior que los protege contra todo. Teherán destruyó ese mito.
En la región latinoamericana y caribeña se están sentando las condiciones para que nada cambie e incluso empeore, ¿lo permitiremos?
China entró a una nueva era, centrada en convertirse en un centro de innovación tecnológica, moderno, ecológico, con servicios sociales y bienestar económico para su inmensa población.
En diez días me encontré con propaganda antirrusa, antipalestina, antichina y antiiraní. Me sentía como en un bingo que, en lugar de números, cantaba países que los occidentales creen autoritarios y atrasados.
No sé cuáles son los planes del gobierno municipal de París para los JJ.OO., pero la ciudad está muy lejos de los estándares de ciudades chinas (y me arriesgo a decir que de muchas ciudades asiáticas).
Para los extranjeros, lograr ser invitados a una cena de la llamada "Fiesta de la Primavera" con una familia china es todo un acontecimiento.
Los sudafricanos decidieron tomarse en serio eso de lo que, en Occidente, tanto hablan, pero nunca cumplen: el orden internacional basado en reglas.
El tiempo y las condiciones materiales están a favor de la reunificación. En el proceso, viviremos en constante tensión por una potencial guerra en el Pacífico.
Estamos, parafraseando a Antonio Gramsci, en la transición entre el viejo y nuevo mundo, que es cuando nacen los monstruos. Es el momento más peligroso para la humanidad.
A pesar de haber sido Nixon quien concibió el acercamiento entre EE.UU. y China, hoy se recuerda a Kissinger por ser el gran estratega que lo llevó a cabo.
Desde Washington han exacerbado su retórica anti-China cuando ambas economías están intrínsecamente relacionadas.