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Nicaragua: Médicos sin ánimo de lucro
¿Quién les iba a decir a los habitantes de una remota población de Nicaragua que acabarían beneficiándose de los sueños de solidaridad de dos médicas rusas? El centro de salud que abrieron en la localidad pesquera de Chinandega, atendido por un entusiasta grupo de voluntarios, es una bendición para una comunidad que de otro modo apenas tendría acceso a una atención médica básica que el mundo desarrollado da por sentada. Allí, a falta de casi todo, lo que sobra es altruismo y reconocimiento.
Un grupo de voluntarios médicos de diferentes lugares del mundo trabaja en la clínica Salud y Ayuda de Chinandega, una localidad pesquera situada en el oeste de Nicaragua. Su objetivo es ayudar a los lugareños, muchos de los cuales no tienen ni acceso a agua potable.
Entre ellos se encuentra la rusa Yevguenia Artamónova, quien explica que, debido a la falta de equipo médico, muchas veces tienen que basarse en la semiología para hacer su diagnóstico. Asimismo, cuenta que para el paciente no siempre es sencillo seguir el tratamiento que le prescriben debido a los escasos recursos que tiene.
La visita a esta clínica puede costar unos 30 córdobas (menos de un dólar), pero para aquellos que no pueden pagarla es gratuita. "Venimos aquí a la clínica porque lo atienden bien a uno y son bien amables y hallamos tratamiento", comenta la paciente Helin Giselle Ribera Castro.
Cabe destacar que el centro médico funciona gracias a las donaciones. De hecho, el edificio fue construido utilizando esos recursos y con la ayuda de los voluntarios. Además, solo disponen de medicamentos gracias a sus patrocinadores.
El lugar donde se encuentra la clínica es muy particular, ya que está en la jungla, no muy lejos del volcán Cosigüina, muy alejado de zonas urbanizadas. Como si fuera poco, es el hábitat de algunos animales peligrosos, por ejemplo, serpientes venenosas.
"Estamos haciendo poco a poco estudios de la zona para conocer a nuestra población, para conocer mejor sus necesidades mayores y cuál es la mejor forma en que podemos atenderlos", relata Katia Espalter, director de Salud y Ayuda en Nicaragua. En este sentido, detalla que espera que más voluntarios se animen a colaborar en el proyecto.
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