A sus 79 años, Paul McCartney, es una leyenda viva del rock y uno de los artistas más admirados en todo el mundo. Sin embargo, sus incontables 'fans' ya no podrán conseguir un autógrafo suyo o sacarse una foto con el ex bajista y cantante de The Beatles, según lo declaró él mismo en Reader's Digest, según Rolling Stone.
Al adoptar esta postura, el músico británico recalca que no quiere eludir el contacto con su público, sino que, por el contrario, lo que busca es hablar más con la gente que le sigue.
"Lo que al final obtienen es una foto de baja calidad con un fondo aburrido y mi cara, que se ve algo miserable", dijo el músico en la entrevista. "¡Hablemos, compartamos historias!", sugirió McCartney a sus seguidores.
Una opinión similar le merecen los autógrafos. "Siempre me ha parecido un poquito raro", confesó McCartney. "Aquí, en el reverso de este recibo, por favor, ¿podría dejar su nombre? ¿Pero para qué? Si ambos sabemos quién soy", se pregunta.
McCartney tomó esta decisión siguiendo el ejemplo de su compañero, el ex-Beatle Ringo Starr, que se negó a posar ante la cámara y a firmar autógrafos años atrás. "No firmo autógrafos. Mis autógrafos están en los objetos que he creado yo", dijo el músico a la agencia de noticias británica PA Media en 2008. "Están en mis cuadros o en algo que me apasiona, y todo eso es para la caridad. No para que alguien lo venda", añadió.
