El canal internacional
de noticias en español
más visto en el mundo
Opinión

Para Ucrania: palabras de amor

Publicado:
Para Ucrania: palabras de amor

Cada mañana mía comienza con la búsqueda de palabras para Ucrania. Para una Ucrania que se dibuja en la memoria, aferrándose a cada piedra al borde del abismo, a cada esperanza. A una Ucrania que ya no existe. Sé con certeza que, desde allí, desde el territorio de mi infancia, miles de ojos miran a la misma dirección que nosotros, haciendo coincidir el color único de su cielo con una oportunidad, con una imposibilidad.

La caricatura de Ucrania dibujada por los medios del poder es la de un país completamente diferente, que nunca existió en el mapa de nuestro mundo. A menudo, para no definirlo como 'ucraniano', he llamado a su poder 'el régimen de Kiev', pero tampoco es cierto. Es el régimen de Londres, el de Washington. No hay nada más antiucraniano que él, por más canciones o camisas bordadas que nos haya robado.

La Ucrania invisible nos mira desde todas partes, nuestros amigos y seres queridos, congelados en el tiempo detenido, y aquellos que se apresuraron a maldecirnos también. Es nuestra sangre engañada, envenenada y nuestra historia elegida como reina de este carnaval de la muerte.

Nuestra memoria es una piedra con alas de mariposa, un bulto rojo que late dentro de una jaula de costillas, la dirección real de nuestro único domicilio y una máquina del tiempo dañada.

No sé si el miedo y la esperanza siempre son gemelos, solo sé que allí, desde donde nos mira hoy nuestra Ucrania, ahora están juntos. Mirando sus ojos, por un rato vuelvo a sentir lo relativo de todas las fronteras y banderas del mundo, pero esto ya no nos sirve. En este momento, necesitamos la magia de las armas y de las palabras para lograr arrancar lo que queda de mi pueblo, de las manos de aquellos que lo llevan al altar del sacrificio.

Las tristes noticias de estos días y años estallan en el fondo de la memoria, sacando a la superficie nuestro pasado reciente, que con tanto profesionalismo fue enterrado debajo de tantas capas de mentiras.

La primera mentira es que "el pueblo ucraniano siempre ha soñado con la independencia nacional". Hace 34 años casi nadie en la República Soviética Socialista de Ucrania soñaba con nada parecido. Éramos parte de un único cuerpo vivo, donde la cultura, la economía y la historia de cada una de sus regiones, con todas sus identidades locales, formaban parte de un todo. Y cuenten lo que cuenten los pseudohistoriadores de hoy y los resentidos de todo tipo, Ucrania era una parte privilegiada de la antigua URSS, donde las otras 14 repúblicas daban un gran impulso para su desarrollo y con una política de Estado se nos inculcaba el amor y el respeto por la lengua y la cultura locales. En las ciudades del centro, norte, sur y oriente de la república casi todos hablábamos ruso como lengua materna, en la escuela soviética, a veces contra nuestra voluntad, nos obligaban a aprender ucraniano. La misma escuela que hoy es acusada de ser 'antiucraniana'. Es curioso que varios acusadores, a pesar de su odio hacia todo lo ruso, todavía no aprendan a hablar bien un correcto ucraniano literario.

La decisión de las autoridades de Ucrania de salir en 1991 de la Unión Soviética fue el resultado de una poderosa manipulación mediática y jurídica de las élites locales con la activa participación de Occidente.

A estas élites no les interesaba la 'independencia', por el contrario, buscaban una rápida y directa sumisión ante sus nuevos amos, que prometían más y, al mismo tiempo, les otorgarían un poder absoluto sobre el territorio.

Nos prometieron mantener todos los vínculos con Rusia y demás repúblicas de la ex-URSS, no permitir ningún tipo de discriminación y respetar las ilusiones de todas nuestras libertades. El pueblo soviético, políticamente tan infantil, demostró una ingenuidad enorme. En su mayoría, la gente no votó por una idea nacional ni mucho menos por el fin de la URSS, sino por la descentralización del poder para, como se les prometió, con la participación de todos y más eficiencia y rapidez, poner orden en cada república lo antes posible. Nadie imaginaba la magnitud de los cambios que se decidieron a sus espaldas.

En los folletos y artículos que circulaban por Kiev en aquellos tiempos, se hablaba también de la 'diferencia entre la mentalidad ucraniana y la rusa', pero pocos podían vislumbrar en ello la futura destrucción de los monumentos a los vencedores del fascismo. Los nacionalistas ucranianos, colaboradores de Hitler que llegaban en esos tiempos a Ucrania desde Canadá, EE.UU. y Europa Occidental para ser recibidos como héroes, los chovinistas y neonazis rusos, activos y libres en aquellos 'años democráticos' de Yeltsin, que se burlaban de Ucrania, entre los dos, hicieron un mismo equipo para abrir y profundizar la brecha.

Mientras los falsos intelectuales rusos, vendidos al poder de turno, nos exhortaban a llorar por la Rusia zarista 'que habíamos perdido', sus pares ucranianos (que o bien no pudieron o bien no tuvieron tiempo para hacer su carrera en Moscú, como pasaba en la URSS), juntos nos enseñaban a odiar a ambas Rusias: la que 'habíamos perdido' y a la que habíamos encontrado, la soviética, la que le dio a Ucrania un lugar en el mapa, la oportunidad de tener nombre propio y desarrollar su cultura.

Recuerdo la sensación de surrealismo o locura que sentí las primeras veces que crucé la frontera entre Ucrania y Rusia en el tren Kiev-Moscú

Las discusiones sobre si los rusos y ucranianos éramos un solo pueblo o solo dos pueblos cercanos, por su nivel intelectual, se acercaban a las de los habitantes de Liliput de la novela de Jonathan Swift 'Los viajes de Gulliver'. Sobre si los huevos deben romperse por el extremo grande o pequeño. Para mí, lo sorprendente fue ver que varios de mis amigos de entonces, que se creían pertenecientes a las élites culturales de Kiev y que al comienzo de la 'independencia' ucraniana se posicionaron radicalmente como representantes y defensores de la cultura rusa, solo unos años después, corrieron tras los nazis a la plaza hoy conocida como Maidán y me reprocharon por 'no apoyar' 'su revolución'. 

En aquellos tiempos, había rumores de que los bandidos y oligarcas de Donetsk habían tomado el control de Kiev bajo el Gobierno de Víctor Yanukóvich (quien justamente era de la región de Donetsk), y habían expulsado y reemplazado a las élites de Kiev, es decir, a otros oligarcas y bandidos. Este fue uno de los malestares que alentaron las protestas en la capital, por eso estas élites de Kiev apoyaron el Maidán, y aprovechándose de esas rivalidades ruidosas provincianas entre diferentes grupos de oligarcas ucranianos, los servicios secretos de Londres y Washington tomaron silenciosamente el control. Aquí fue cuando Ucrania se convirtió en otro país.

Se puede hablar mucho sobre la responsabilidad colectiva de los pueblos, pero tengo muchos conocidos por toda Ucrania que, en su momento, hicieron todo lo posible por detener la guerra en Donbass, y en la guerra actual no tuvieron tiempo ni pudieron o no quisieron salir de Ucrania. Al fin y al cabo, están en su casa. Son muchos más de lo que se suele pensar, y varios de ellos siguen luchando. Mucho más que los misiles rusos, lo que los amenaza es el régimen de su país ocupado, contra el cual están dirigidos esos misiles.

Con la diferencia de que los encargados y los jefes del régimen, viven en búnkeres o en el extranjero, mientras que la gente común está expuesta a la guerra que ellos le impusieron a su pueblo. En esto está no solo lo injusto de todas las guerras, sino también la trágica necesidad de destrucción militar del fascismo, que hace que las guerras sean inevitables.

Mis pensamientos y sentimientos están con aquellos que no se han dejado deshumanizar y, a pesar del miedo, la desesperación y el cansancio por las insoportables noticias, leen estas líneas desde allí. Sé que algún día nos veremos y nos abrazaremos.

Mientras tanto, sobre Ucrania sigue esta larga y doliente noche con la muerte que resquebraja su cielo y, desde algún lugar del mañana, se asoman y se buscan estas, nuestras letras perdidas en el tiempo.

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.

RT en Español en vivo - TELEVISIÓN GRATIS 24/7