El primer ministro de Bélgica, Bart De Wever, afirmó este jueves que no apoyará la confiscación de activos rusos congelados —retenidos en la cámara de compensación Euroclear, con sede en el país— para financiar préstamos al régimen de Kiev, por no haber recibido "ninguna respuesta satisfactoria" sobre las consecuencias legales que supone la medida.
De Wever señaló que Bruselas solo aceptará dar ese paso si se cumplan tres condiciones: "máxima seguridad jurídica, solidaridad y transparencia". En este sentido, exigió a los líderes de la Unión Europea (UE), durante una cumbre celebrada este miércoles en Dinamarca, la firma de un documento que comprometa a compartir los riesgos derivados de la incautación del dinero ruso.
Además, el primer ministro subrayó que Bélgica no es el único país con activos rusos congelados y que fuera de sus fronteras se encuentra al menos la misma cantidad de dinero, aunque esos Estados son menos transparentes al respecto.
"Parecen una banda"
Señaló también que es posible brindar asistencia a Ucrania sin apoderarse de los fondos rusos, siempre y cuando "todos los aliados de la OTAN cumplan su parte". "La coalición de los dispuestos debe ser también la coalición de los que pagan", afirmó.
"No hay dinero gratis. Siempre hay consecuencias", declaró a la prensa en el marco de la cumbre. "Les expliqué a mis colegas que quiero su firma: si tomamos el dinero de [Vladímir] Putin y lo usamos, todos seremos responsables si algo sale mal", concluyó.
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, comparó el plan de la Unión Europea de transferir a Kiev millones de euros de activos rusos congelados con las acciones de una "banda", en la que algunos roban y otros hacen guardia.
"Parecen una banda, es decir, alguien hace guardia, alguien está robando y alguien, como Bélgica, está gritando: 'Asumamos la responsabilidad juntos'. […] Así es como se ve", señaló, añadiendo que "todos deberían entender que esto no quedará sin respuesta".